Una organización que nace con la vocación de que todos los profesionales que trabajan en el sector de la resolución de conflictos sociales puedan sentirse representados, considerados y valorados para que nuestros principios sean respetados.
Velamos por la profesión, por su relevancia en la resolución de conflictos, y por luchar por el espacio que la ley concede a nuestro colectivo, sin tutelas de otros profesionales que solo desean que sigamos trabajando sin percibir nuestra legítima retribución.
Actualmente ya contamos con el soporte jurídico que habilita el uso de la palabra como primera medida para la resolución de controversias, y todo ello gracias a la Ley de Mediación y la próxima entrada en vigor de la Ley de Eficiencia Procesal, que sin duda fomentará este cambio cultural, potenciará la figura de la mediación y los MASC, para lo que se requiere que exista un sindicato que vele por las nuevas figuras, se regulen, se potencien, se defiendan y se protejan, como a cualquier otro colectivo laboral.
Los MASC como Medios Adecuados de Solución de Conflictos se valen de la Mediación, como instituto jurídico reglado para la solución de conflictos entre ciudadanos y empresas.
Pero también, la negociación, la conciliación, el arbitraje, la transacción, etc. son también medios convenientes para solucionar los problemas de los ciudadanos y empresas, antes de recurrir a los Tribunales de Justicia.
La mediación, dentro de los MASC, aporta agilidad en los procesos, reducción de costes, teniendo las partes el control del proceso y de su solución, siendo ellos los protagonistas, garantizándose por ley la confidencialidad y la discreción en todo el proceso, consiguiéndose la restauración de las relaciones entre las personas, lo que fomenta la convivencia social.
Si eres un profesional que trabaja en la gestión de conflictos, este es tu sindicato.
Nuestro equipo jurídico está formado por profesionales del derecho que aúnan su condición de abogados y abogadas con amplia experiencia litigadora, con el ejercicio como mediadores y mediadoras profesionales, dejando el pleito como la última posibilidad, pero sin renunciar a que sean los tribunales los que pongan en su lugar a quienes quieran conculcar tus derechos laborales y profesionales.
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